El ceramista Miguel, entrevistado por Pilar Pérez Soler, reflexiona sobre su oficio y su conexión con la naturaleza. Define el barro como un material plástico que se asemeja al sentimiento humano y destaca su versatilidad. Miguel trabaja con restaurantes de alta cocina y participa en concursos de esculturas, explorando la relación entre alimentación y vajilla, similar al arte floral japonés Ikebana. Para Miguel, la cerámica engloba la alfarería, la artesanía y la restauración, permitiéndole crear desde vajillas hasta esculturas. Imparte talleres en Pedrajas y utiliza materiales locales, aplicando conocimientos de geología, termodinámica, física, diseño e historia en su trabajo. Soria le brinda la oportunidad de dedicarse plenamente a su actividad, inspirándose en la naturaleza y aprovechando conocimientos de su ascendencia alfarera. Expone en La Mínima (San Lorenzo del Escorial) y Ragú (Madrid), además de colaborar con La Lobita, el Kiosco y la Crepería en Soria.